lunes, 30 de julio de 2012
Los
Cíclopes de la primera generación eran hijos de Urano y Gea, y conocidos
artesanos y constructores. Eran gigantes con un solo ojo en mitad de la frente
y un temperamento horrible. Según Hesíodo eran fuertes, testarudos, y de
«bruscas emociones». Eventualmente sus nombres llegaron a ser sinónimo de
fuerza y poder, y se usaban para referirse a armas especialmente bien
manufacturadas.
Fueron
tres: Brontes, Estéropes y Arges (aunque algunas fuentes cambian a Arges por
Acmónides o Piracmón). Había también otros cuatro llamados Eurialo, Elatreo,
Traquio y Halimedes, que presumiblemente eran hijos de los tres primeros.
Urano
temía su fuerza y les encerró en el Tártaro. Más tarde Crono, otro hijo de
Urano y Gea, liberó a los Cíclopes, junto con los Hecatónquiros y los Gigantes.
Le ayudaron a derrocar y castrar a Urano, pero Crono les volvió a encarcelar en
Tártaro, donde permanecieron, guardados por Campe, hasta que Zeus los liberó.
Forjaron rayos para que Zeus los usase como arma y le ayudaron en la guerra para
derrocar a Crono y a los otros Titanes (Titanomaquia). Los rayos que se
convirtieron en el arma predilecta de Zeus fueron forjados por los tres
Cíclopes: Arges ponía el brillo, Brontes el trueno, y Estéropes el relámpago.
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